Primeros pasos
Tras los primeros días de caos y confusión, las cosas empiezan a verse con más calma. La verdad es que es un agobio tener tanto en lo que pensar y, sobre todo, tanto para decidir. Pero quién dijo que empezar casi de cero fuera fácil.
Hay que tomar muchas decisiones: dónde vivir (Castelldefels, Sabadell, Terrassa...), cómo vivir (en alquiler, en propiedad, en casa de los padres...), dónde trabajar (solicitar el paro, buscar trabajo rápidamente, trabajar en cualquier cosa...), cómo encauzar mi vida profesional (oposiciones, cursos, información y más información...). La gran suerte que tengo es que la gente que me rodea se interesa por todas estas cuestiones y no me siento nunca sola. Qué sería de mí sin poder hablar de todo esto con nadie. Sergio está en Madrid esta semana, la última en la Nissan de la capital, pero los móviles sirven para mucho en este caso y ya he podido hablar con él hoy sobre todo esto. Solución: no precipitarse y reflexionar.
Puede parecer una tontería pero gracias a que he resuelto unos asuntos técnicos del ordenador lo veo todo menos dramático. Mis ojos son los mismos pero mi estado anímico ha cambiado en ese momento y la ansiedad ha desaparecido. Así que esta noche espero dormir mucho mejor que la pasada (me dieron las dos y media con los ojos como platos). Llevo media tarde delante del ordenador y aparte de solucionar ciertos problemillas con el "javascript" y las "cookies" que no me dejaban entrar en hotmail (si a alguien le pasa lo mismo le puedo ayudar) he enviado unos cuantos correos electrónicos a la gente de Madrid y he conversado con mi gran amiga Paqui de la Universidad de Almería. Además, he leído los comentarios al artículo de ayer de Aida y de Raquel. Por todo ello me siento con las pilas medio recargadas y con ganas de no encontrarme aislada sino en contacto permanente con las personas que de una manera u otra forman parte de mi vida. Aunque ellas lo desconocen hacen mucho por mí.
Madrid, te echo de menos.
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