Adiós 2005

Llega a su fin el mejor año de mi vida, hasta el momento. Sería muy difícil resumir en unas líneas lo que ha significado para mí el 2005 (año de los Juegos del Mediterráneo en Almería, por ti cari), pero lo sí puedo decir es que me ha dejado un buen sabor.

Si el artículo anterior fue muy pesimista, quiero que éste tenga otro matiz porque una vez pasada la tormenta las cosas se ven de otra manera y porque es necesario acabar el año con una sonrisa. Los objetivos para el 2006 van a sufrir pequeñas variaciones. El propósito número uno va a ser trabajar en algo relacionado con mis estudios (si puede ser dando clases en un colegio, mejor), así que en enero, manos a la obra buscando trabajo. El propósito número dos será continuar con mi formación y preparación para las oposiciones del 2007, mediante cursos a distancia o presenciales y estudiando en casa. El siguiente propósito, sin número porque tiene que ser al mismo tiempo que los demás, será encontrar una vivienda para Sergio y para mí. Hemos pensado que lo mejor sería comprarnos una y no seguir de alquiler por más tiempo, así que intentaremos conseguirlo. Y otro propósito va a ser empezar a conocer Cataluña. Tenemos muchas ganas de recorrer y visitar lugares, después de Andalucía es la comunidad que más nos toca y es prácticamente desconocida para nosotros. Todo lo dicho hasta ahora está muy bien, pero cabe añadir que el propósito más importante de todos es seguir siendo felices como hasta ahora. En un correo navideño podía leer que la felicidad no se encuentra al final del trayecto, que no hay que ir detrás de ella, sino que la felicidad es el camino, el sendero desde que nacemos hasta que morimos y, por lo tanto, debemos hacer que nos acompañe siempre.

Desde aquí deseo que todo el mundo sepa encontrar la forma para ser feliz cada día de su vida. Así como el sol sale cada mañana, nuestro corazón debe latir de felicidad cada segundo. ¡Feliz 2006!