Día 9: Lecturas
"A escribir se aprende leyendo". Es el primer mandamientos de la ensañanza de una lengua. Y yo añado: "El placer de la lectura indescriptible". Parece ser que muchos alumnos del IES Matadepera saben de lo que hablo. Aparte de que en las clases deben leer 3 libros al año obligatoriamente, les gusta adentrarse en el mundo de la literatura. Desde aquí animo a todas las personas a que lo hagan. Si no saben qué leer, que pregunten. Siempre se puede encontrar un libro con el que disfrutar.
Hoy he podido reflexionar sobre la importancia de saber esquematizar las ideas, los conocimientos, los pensamientos... Creo que resulta muy útil, tanto para estudiar cualquier asignatura como para la vida cotidiana, saber identificar una jerarquización. Hoy lo han tenido que hacer para tener clara la clasificación de las oraciones, pero quizá mañana lo deban hacer para plantearse sus metas.
El control que han hecho los chicos de 3ºde refuerzo me ha parecido muy peculiar. El objetivo era comprobar el grado de comprensión de un libro: El otro barrio de Elvira Lindo (la de Manolito Gafotas), pero la profesora ha aprovechado para hacerles un dictado y ver cómo van de ortografía. El dictado de un fragmento del libro se ha iniciado con una primera lectura (para que ellos supieran de lo que iba); después la profe ha ido dictando el texto, pero bastante rápida, desde mi punto de vista, y sin decir los puntos y las comas, sino que ellos debían deducirlo por la entonación (esta parte me ha resultado interesante); y finalmente se ha realizado una re-lectura. Ésta ha sido la parte seria porque en la segunda, las preguntas de comprensión lectora ha sido... ¡genial! Bea daba algunas pistas para refrescar la memoria (los ayudaba bastante) pero la forma de hacerlo era muy divertida; ellos también se lo han pasado bien. Ha llegado un momento en el que el control se ha convertido en algo ameno, curioso, entretenido. Los chicos sólo estaban obligados a contestar tres de las seis preguntas y aunque podrían haber estado una hora, han acabado muy pronto. Es muy difícil que estén mucho tiempo sentados, concentrados y en silencio. Sin embargo, he podido comprobar que son muy trabajadores: la mayoría han entregado en un disquet la redacción que hicieron de la Castañada para el Atlas de la diversidad. Incluso un chico ha presentado un trabajo del libro de Elvira Lindo. Bea siempre los felicita cuando trabajan. Les tiene mucho cariño y se lo transmite. Creo que para estar con un grupo así hay que tener las ideas muy claras y la mente muy despierta.
Todo reencuentro con los amigos es gratificante. Aunque nuestras vidas se hayan distanciado, los buenos amigos te hacen sentir como si el tiempo no hubiera pasado. Ellos no lo saben pero es importante para mí saber que en el fondo poco ha cambiado.
Hoy he podido reflexionar sobre la importancia de saber esquematizar las ideas, los conocimientos, los pensamientos... Creo que resulta muy útil, tanto para estudiar cualquier asignatura como para la vida cotidiana, saber identificar una jerarquización. Hoy lo han tenido que hacer para tener clara la clasificación de las oraciones, pero quizá mañana lo deban hacer para plantearse sus metas.
El control que han hecho los chicos de 3ºde refuerzo me ha parecido muy peculiar. El objetivo era comprobar el grado de comprensión de un libro: El otro barrio de Elvira Lindo (la de Manolito Gafotas), pero la profesora ha aprovechado para hacerles un dictado y ver cómo van de ortografía. El dictado de un fragmento del libro se ha iniciado con una primera lectura (para que ellos supieran de lo que iba); después la profe ha ido dictando el texto, pero bastante rápida, desde mi punto de vista, y sin decir los puntos y las comas, sino que ellos debían deducirlo por la entonación (esta parte me ha resultado interesante); y finalmente se ha realizado una re-lectura. Ésta ha sido la parte seria porque en la segunda, las preguntas de comprensión lectora ha sido... ¡genial! Bea daba algunas pistas para refrescar la memoria (los ayudaba bastante) pero la forma de hacerlo era muy divertida; ellos también se lo han pasado bien. Ha llegado un momento en el que el control se ha convertido en algo ameno, curioso, entretenido. Los chicos sólo estaban obligados a contestar tres de las seis preguntas y aunque podrían haber estado una hora, han acabado muy pronto. Es muy difícil que estén mucho tiempo sentados, concentrados y en silencio. Sin embargo, he podido comprobar que son muy trabajadores: la mayoría han entregado en un disquet la redacción que hicieron de la Castañada para el Atlas de la diversidad. Incluso un chico ha presentado un trabajo del libro de Elvira Lindo. Bea siempre los felicita cuando trabajan. Les tiene mucho cariño y se lo transmite. Creo que para estar con un grupo así hay que tener las ideas muy claras y la mente muy despierta.
Todo reencuentro con los amigos es gratificante. Aunque nuestras vidas se hayan distanciado, los buenos amigos te hacen sentir como si el tiempo no hubiera pasado. Ellos no lo saben pero es importante para mí saber que en el fondo poco ha cambiado.
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